La maleta

A la peor persona del planeta

me la llevé en la maleta

de los recuerdos podridos,

que no se quedan dormidos,

que a veces hasta me aprietan.

Ahogando mis muñecas,

atando mi garganta,

sacudiendo mis lamentos,

gritando con mis pies.

Algún día,

uno de estos,

me llevaré la maleta,

la arrojaré a un mar inmenso

lleno de soledad,

para que sola y gastada

se pierda en la inmensidad.