Son los recuerdos, traidores,
que asaltan desde los sueños,
y para cuando es de día
ya no sabes si son ellos
los que debieron quedarse,
los que casi sin despeinarse,
te presentan otra vida
como una maravilla
que hace poco alejaste.
Y rígida como el acero
la realidad sale al encuentro
y con ansia espero y cuento
los minutos que le quedan
para que me diga que esto
es lo que ser tenía.